CRÓNICA TWESTIVAL 2011

El pasado 24 de febrero, los miembros de Una tarde en Saigón nos desplazamos hasta la discoteca Shôko para cubrir la tercera edición del Twestival. En dicho festival, el poder de convocatoria de Twitter compartió protagonismo con la música en vivo y las barras libres, principales reclamos de una iniciativa con trasfondo solidario.

Porque además de ofrecer conciertos en directo, cerveza oculta bajo vidrio verde y hot dogs con cebolla, este evento sirvió como plataforma para recaudar fondos en favor de la fundación ADSIS, una organización no gubernamental que "trabaja para que las personas en riesgo de exclusión social encuentren oportunidades para desarrollarse personal y profesionalmente", tal y como indica en su página web.


La sala abrió sus puertas a las ocho de la noche. Una vez dentro, resultaba harto complicado encontrar tiempo para sujetar otra cosa que no fuera un tercio de Heineken o un perrito caliente; y es que la marca danesa de cerveza y Oscar Mayer eran tanto los patrocinadores del evento como los responsables de nuestra cena y posterior viaje en transporte público.

El festival, organizado por Twitter y llevado a cabo simultáneamente en 200 ciudades de todo el mundo, tenía previsto durar hasta altas horas de la madrugada. A medida que la manecilla larga del reloj avanzaba, el goteo de asistentes se iba intensificando, asi como el número de mensajes enviados hacia la proyección que presidía la zona más alta del escenario.


El conjunto encargado de iniciar la velada musical fue SHOWPAY, cuyo nombre procede del local en el que llevan ensayado desde sus inicios. Este cuarteto animó al público con una mezcla de rock, funk y pop, repartiéndose entre el batería y el guitarrista principal la responsabilidad vocal.

Una vez calentado el ambiente, la empresa HTC, otra de los patrocinadores de esta reunión de twitteros, sorteó varios teléfonos móviles entre los asistentes. Pequeñas máquinas con reproductor de hologramas, punteros láser y microondas. Y si no, poco le falta.

Luego llegó el turno de MISS CAFFEINA, banda indie cuya última referencia editada se llama Imposibilidad del fenómeno, disco que podéis comprar en FNAC o mediante Itunes. La banda está formada por cinco miembros, dos de los cuales se quedaron esta noche entre el público para que sus compañeros ofrecieran un concierto acústico. Con un sonido más minimalista, Miss Caffeina tocó cinco canciones, todas ellas incluidas en su trabajo más reciente, y entre la que se encuentra Capitán, que consiguió llegar al puesto número uno en el TOP20 de MTV ESPAÑA.



Finalizado el concierto, la productora de espectáculos y eventos BIMON PRODUCCIONES tomó el escenario para aportar al Twestival varias piezas de su último proyecto: RENT, musical que gira en torno a un grupo de jóvenes artistas de principios de los años 90', quienes desarrollan sus vidas en un Nueva York avivado por la homosexualidad y ensombrecido por el sida.

El espectáculo de RENT dejó paso al show de LUKE Y SU PADRE, un dúo encargado de animar al personal con cachondas canciones electrónicas basadas en la trilogía clásica de Star Wars. Orquestado por Blue Vulva y con The Electronic Chrooner al micrófono, son autores de perlas como "Lando, cabrón. Metiste a Han Solo en un bloque de carbón". Sano ambiente freak.

En la recta final de la noche, EME DJ fue la encargada de atar en corto a todo aquél que utilizaba la morriña casera y el cansancio como excusa para abandonar la sala. La joven discjockey y chica Adidas posee una trayectoria en alza dentro de la música indie electrónica, tal y como demuestra el haber actuado en el SONAR y el FIB, entre otros festivales.

A las 6:00 de la mañana, las puertas del acogedor lounge club Shôko se cerraron para dar por concluido el evento. Si la popularidad de Twitter continúa, y los organizadores así lo estiman oportuno, el año que viene podremos disfrutar de otra edición. La causa benéfica al menos lo justifica.


Desde Una tarde en Saigón, todo nuestro apoyo.