LECHE DERRAMADA

Leche Derramada

Chico Buarque

Salamandra. Barcelona.2011. 192 pg. 12 euros

Carlos Garayoa Oltra

Chico Buarque, (Río de Janeiro, 19 de Junio de 1944). Poeta, músico, compositor, dramaturgo y novelista Brasileño. A lo largo de su vida ha ido alternando su carrera musical con la de novelista y dramaturgo. Ha escrito ocho novelas, Leche Derramada es la última.

Esta novela cuenta la historia de Eulálio Montenegro d’Assumpção, un hombre con más de un siglo de vida a sus espaldas, que se encuentra enfermo en el hospital y sufre los achaques, tanto físicos como mentales, que le provocan su avanzada edad. El protagonista va relatando distintos capítulos y recuerdos de su vida a su hija octogenaria, que se encuentra en el hospital cuidando de él, así como a distintas enfermeras que van pasando por la habitación.

Se trata de una sucesión de postales, de viñetas que van construyendo la historia de una vida de manera desordenada, mezclando recuerdos e invención, que se vislumbra en algunas incoherencias que aparecen en la narración. En las palabras de d’Assumpção, se entrevé su melancolía por un pasado de bonanzas y riquezas que se fueron, junto con su juventud.

Esta novela hace reflexionar al lector sobre la dureza de la vejez y el aislamiento y la soledad que, en muchas ocasiones, sufren los ancianos. Aflora el sentimiento de que lo que uno ha hecho a lo largo de su vida, lo que ha luchado, no sirve de mucho al final de sus días.

Es de destacar el personaje de Matilde, la mujer de Eulalio, de la que sigue estando profundamente enamorado, a pesar de que ya hace muchos años que falleció. Hay distintos personajes con distinto grado de importancia. El abuelo del protagonista, el padre, la madre, su mujer Matilde, son personajes redondos, ya que muestran diferentes matices y van modificando su conducta a lo largo de la novela. También encontramos una serie de personajes planos, que son los más recientes en la línea del tiempo, como es el caso de sus nietos. El anciano, recuerda con claridad cartesiana a sus antepasados más lejanos, no recordando apenas a los nacidos recientemente.

El estilo de la narración es simple, sin florituras, casi periodístico. De Frases cortas y fácil lectura. Se trata de una novela triste, que sin embargo es capaz de sacar una sonrisa en varios momentos, haciendo patente el humor sutil de Buarque.

En definitiva, una buena novela, de un artista polifacético, que acerca al lector a una serie de sentimientos propios de la vejez y nos adentra en un Brasil alejado de los tópicos, en el que existe una marcada diferencia de clases. Al final todo queda en recuerdos, lo importante es que sean buenos.