Cuando a un reptil se le intenta bañar en saliva en presencia de dos amenazantes bustos, no resulta extraño que desenfunde sus colmillos y ataque sin mesura el abultado trozo de carne.
Tal y como comentamos la semana pasada en Una tarde en Saigón, la modelo inflable Orit Fox sufrió, durante la retransmisión de un programa de radio, el mordisco de una serpiente en una de sus ubres tras amagar con lamerla. El vídeo ha pululado durante largo tiempo por el ciberespacio, así que en detrimento de vuestra imaginación, aquí os dejamos la prueba del crimen.
Sin duda, el bicho se lo pasó teta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario