LA CRISIS NUCLEAR

Tras el fatal terremoto acontecido en Japón, el posterior tsunami y la crisis nuclear que está viviendo debido a los devastadores efectos de los anteriores, se ha abierto un debate mundial acerca de si la energía nuclear es segura o si se debe prescindir de ella.

Cuando los ingenieros encargados de diseñar la central de Fukushima dieron el visto bueno, habían tenido en cuenta que el país nipón se encuentra en una de las áreas con mayor actividad sísmica del planeta. En lo que no debieron reparar es en el potencial peligro de tsunamis que los terremotos de esta envergadura dejan tras de sí, ya que si no nadie se explica cómo pudieron colocar una central nuclear a nivel del mar.

En estos momentos Japón se encuentra librando una batalla a muerte contra dos poderosos enemigos, el uranio y el plutonio. Tratan por todos los medios de evitar que se produzca una fusión del núcleo y tenga lugar una fuga radiactiva. Por el momento los datos no son alentadores y ya se ha hallado plutonio fuera de los reactores de la central de Fukushima. Así mismo, TEPCO ha informado que se han encontrado unos niveles de radiación de 1000 milisieverts por hora, 10 veces superior a lo normal, en unas aguas subterráneas cercanas a la central.

Por aquello de cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar, en países como Alemania se ha abierto el debate sobre la seguridad de las centrales nucleares. La canciller alemana Angela Merkel, que en septiembre del pasado año había aprobado un plan para prolongar la vida útil de las centrales, se encontró en una complicada disyuntiva tras la crisis del país oriental y se vio en la obligación de aprobar una moratoria de 3 meses sobre dicha ley, para volver a examinar la seguridad de las centrales alemanas. La intención de merkel era dar una tregua a su política pro nuclear, debido a la candente situación y con vistas a las elecciones de Württenberg del pasado día 27, en la que se llevo un buen rapapolvo del tándem que forman el SPD y Los Verdes.

En España también se ha reavivado el fuego en este sentido. El PP mantiene su política pro nuclear aunque ha calmado su discurso y hace hincapié en la seguridad. Mientras, el PSOE elude debatir sobre el tema. Lo que queda claro es que ni al gobierno ni a la oposición le interesa tocar este tema. IU ha alzado la voz exigiendo el cierre de las centrales y algunos especialistas han salido a la palestra pidiendo tranquilidad.

Lo que ha quedado claro es que el tema de la energía nuclear debe replantearse, ya que causa un evidente peligro para la vida de los ciudadanos. Se trata de un tema complejo que debe abarcarse con la cabeza fría y los gobiernos deben estudiar si hay sustitutos reales que puedan proporcionar los niveles energéticos extraídos de las centrales nucleares. Ante todo se deben poner en la balanza los pros y los contras y tener muy en cuenta las trágicas consecuencias de una catástrofe nuclear.
Los ciudadanos de los países deberían tener la posibilidad de decidir, mediante referéndum, el futuro de la energía nuclear. Lo que está en juego es la vida y la salud de millones de personas y debe abarcarse este tema con total seriedad. Aquel que dijo que no hay mal que cien años dure debía desconocer la existencia del Uranio y el Plutonio.